
La onicofagia, como se conoce profesionalmente a esta manía, es un hábito nervioso igual que lo es chuparse el pulgar, meterse el dedo en la nariz o enroscarse el pelo. Se trata de un hábito que la persona realiza de manera inconsciente, de ahí la dificultad que los padres observan para que sus hijos dejen de morderse las uñas, incluso cuando el niño se muestra colaborador. Pero si conseguimos definir la causa, será mucho más fácil eliminar el hábito.
Para ello, es necesario observar en qué situaciones el niño se muerde las uñas. Lo más probable será que:
- Se trate de una manera de focalizar la ansiedad... Por eso, también es importante saber si el niño tiende a sentirse angustiado o está pasando por una etapa estresante para él –exámenes, el nacimiento de un hermano, problemas familiares–. Ayuda a tu hijo a superar esa ansiedad, bien aceptando positivamente la nueva situación, o bien fortaleciendo su autoestima cuando la angustia se deba a timidez o vergüenza. Las técnicas de relajación pueden ser beneficiosas para disminuir el estrés.
- Es una manía asociada a una actividad concreta... Por ejemplo, mientras ve la televisión; con el tiempo termina produciéndose una asociación que hace que siempre que vea la televisión automáticamente se muerda las uñas. Lo mejor, en este caso, es que el niño sea consciente de aquellos momentos en que se muerde las uñas y aplique una conducta incompatible siempre que esté en esa situación. Por ejemplo, manipular algún pequeño objeto o entrelazar los dedos de las manos.
- Por imitación de alguno de sus padres... Hay que tratar de no realizar esta conducta delante del niño, especialmente cuando este es muy pequeño. No obstante, como se trata de un acto inconsciente y tu hijo te verá más de una vez, es bueno explicarle que aunque tú lo hagas, se trata de un mal hábito que también te gustaría corregir.
http://stimulos.es/archivos_subidos/semuerdelasunas.pdf